Un elemento esencial de las peliculas de Hitchcock, es la actriz que tiene a su cargo el papel protagonista, hasta el punto de que muchos criticos han dedicado sendos articulos a las caracteristicas fisicas e interpretativas de las llamadas "rubias de Hitchcock".
Sí, porque, indiscutiblemente el tipo de actriz esbelta, rubia y refinada forma parte del universo cinematografico del "mago del suspense", de tal forma que él mismo escribió al respecto: "Cómo escojo a mis heroínas", en el que explica claramente las cualidades que han de tener, a su juicio, las protagonistas de sus filmes.
De dicho articulo, al igual que de las otras declaraciones realizadas por el mitico director, podemos extraer su opinion bajo las siguientes premisas:
La heroína de sus películas tiene que gustar a las mujeres antes que a los hombres, porque las mujeres forman las tres cuartas partes del publico medio del cine, y, si bien las mujeres pueden tolerar la vulgaridad en la pantalla, nunca lo hacen cuando está encarnada en su propio sexo.
La heroína de la pantalla no debe ser sólo decididamente agradable, sino que tiene que tener vida, tanto en los ojos como en la voz. El reinado de las actrices eminentemente pictóricas ha terminado.
Dado que la pantalla no dispone en absoluto de distancia para hechizar la vista -porque los acontecimientos que muestra son llevados por lo general tan cerca de los espectadores que el rostro de la heroína se encuentra de hecho sólo a unos metros de los que están en las últimas filas- ésta tiene que poseer una belleza y una juventud reales.
Una heroína de la pantalla no debe superar la talla mediana, ya que una mujer muy alta es sumamente difícil de fotografiar.
Dadas estas premisas, a nadie puede extrañar que Hitchcock haya manifestado que: "no me gustan las mujeres a las que se les lee en la cara que son como el símbolo del sexo, y que parece que lo llevan como letrero. Siempre he sostenido que una mujer delgada puede ser mucho más sexy que otra con dos sandías delante. Creo que la sensualidad de una mujer hay que descubrirla solo mirándola. Sí, me gusta el tipo de rubia fría. Frialdad aparente, porque en el momento en que se ponen en acción todas las barreras se rompen. Es el tipo de mujer inglesa. Todas parecen profesoras, pero dentro de un taxi, te pueden destrozar. Un tipo de rubia como el de Marilyn Monroe no me interesa. Llevan el sexo colgado de su cuello, como si fuera una joya."
jueves, 1 de febrero de 2007
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